Cartas al Director

No al “No por sistema” III

¡Y cuanta demagogia estamos escuchando últimamente! De forma que la reparación de la techumbre del Palacio de los Mergelinas (que no del asilo) debería ser cosa del M. I. Ayuntamiento, así como si el ayuntamiento tuviese “una maquinica” de hacer euros.
Que yo sepa, gran parte de los ingresos del ayuntamiento vienen vía impuestos, que es una forma “obligatoria” de colaborar y de esa forma se obliga a colaborar a ciudadanos que a lo mejor pasan de ciertos asuntos, en cambio la “suscripción popular” de personas que “voluntariamente” quieran la veo más acertada si cabe, pues no se obliga a nadie y ayuda en gran manera a que se lleven a cabo obras sociales que la administración por si sola, le costaría llegar. Hartos ejemplos de ello tenemos en “telemaratones” y campañas benéficas de toda índole.

Yo, y como yo muchos ciudadanos de Villena, además de pagar religiosamente mis impuestos, “todos los años” hago aportación a través de la Asoc. de Amigos de Santiago de mi donativo para ayudar a mantener esa joya arquitectónica que es patrimonio de todos los villenenses. Igualmente, “todos los años” hago donación –además de otras muchas colaboraciones desinteresadas que no viene al caso decir– doy mi donativo a la Asoc. Pro-restauración de la Ermita de la Ermita de San José y me siento muy satisfecho y contento de ver que gracias a la aportación y esfuerzo de un grupo de villenenses (que no de otra clase de ayudas o subvenciones) una “ermitica” patrimonio de todo Villena “que estaba en ruinas” se ha podido recuperar y hoy en día podemos contemplarla totalmente restaurada. Francamente me emociono al ver que vecinos del barrio, de condición muy humilde, todos los años colaboran religiosamente con su donativo a pesar de la crisis que a este barrio le afecta mucho, y están muy orgullosos de “su ermitica restaurada”.

Y por ello, cuando me enteré de que se había abierto una cuenta para el arreglo de la techumbre del Palacio de los Mergelinas (y repito, no del asilo), me apresuré a ir a la Caixa y hacer entrega de mi aportación, comprobando que otros ya habían tenido ese mismo gesto. Otro tanto hacen los del barrio San Antón, los de Cáritas, Centro Juvenil Don Bosco, etc.

¡Que sí, que al que tiene voluntad, no hay que quitársela y a la fuerza cuantas menos cosas mejor!

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